El dedicar todo nuestro tiempo a una sola actividad, el constituir una identidad monocromática, puede acabar por mermar nuestra autoestima. La importancia de diversificar…
Lo que llamamos personalidad, no es más que un repertorio de conductas que tendemos a exhibir en determinados contextos. Es decir, lo que constituye nuestra personalidad es el cómo nos solemos comportar.
El cómo concibamos y se conciba nuestra personalidad, afectará a nuestra autoestima.
La autoestima es otro constructo que podría entenderse como el conjunto de verbalizaciones con las que uno se describe a sí mismo, lo cual repercute en sentimientos posteriores agradables o desagradables, y en la consecuente forma de actuar que llevemos a cabo.
Aunque la autoestima hable de cómo uno mismo se percibe, no quiere decir que ésta no se vea contaminada por la influencia de terceros.
Es más, es ineludible, pues todos nuestros aprendizajes, el que contemplemos algo como beneficioso o perjudicial, como atractivo o repelente; se dan en un contexto, nunca en el vacío.
Una forma de proteger nuestra autoestima es diversificar aquello en lo que nos involucramos, diversificar las fuentes de reforzamiento, pues todo eso desembocará en cierto modo en la concepción de nuestra personalidad y, a su vez, en la concepción de nuestra autoestima.
La personalidad abarca más allá de las actividades reforzantes, de aquello en lo que nos involucramos, pero no ser un todo uniforme que se identifica, y es identificado, por las mismas facetas siempre, invertir más tiempo en situaciones variopintas, etc. nos ayudará. Paulatinamente podremos ir moldeando eso que entendemos por personalidad y, por lo tanto, ir fortaleciendo esa autoestima.
Es importante no poner todos los huevos en una misma cesta, pues si, por ejemplo, somos personas que se tiran todo el día jugando al baloncesto, en el momento en el que llegue una persona que sea mejor que nosotros, perdamos una serie de partidos, o acontezca cualquier experiencia desagradable, cualquier supuesto fracaso en tal ámbito; nos hundirá.
Nuestro comportamiento, básicamente, de forma única versa sobre eso. Ergo, nuestra personalidad radicará sobre solamente eso. Nos identificaremos, y nos identificarán, como personas que son top en el baloncesto, pero pocas características más allá.
Si sólo somos eso, en el momento en el que ocurra algo que haga tambalear esa identidad que se ha ido construyendo, nuestra autoestima se irá al garete. Es muy duro afrontar la derrota cuando se ha apostado todo a un mismo número.
Sin embargo, si nuestra identidad está compuesta por diferentes facetas, no somos sólo los cracks del baloncesto, sino que también tocamos la guitarra, somos muy cariñosos con la gente, hacemos unas lentejas divinas, o lo que sea; no nos hará tanto daño el que una de esas facetas pueda verse atacada. No somos una única cosa.
En conclusión, es importante diversificar, llevar a cabo un repertorio conductual amplio, involucrarse en varias actividades, extender las fuentes de reforzamiento; para no acabar por tener una identidad monocromática, una autoestima uniforme que sólo está erguida por un único pilar. Pues si somos golpeados, pero tenemos varios pilares, nos mantendremos en pie, pero si sólo tenemos un pilar, nos vendremos abajo.
ENLACES A RECURSOS RELACIONADOS DE INTERÉS:
-CUIDADO CON PONER TODOS LOS HUEVOS EN LA MISMA CESTA – enGrama